Bolas de Navidad: Empezaron siendo manzanas doradas en Centroeuropa, hasta que Justus Liebig, en 1870, inventó un método para cubrir el interior de las bolas de cristal de plata. Desde entonces, estas bolas, también llamadas bambalinas en algunos sitios, son el adorno navideño por excelencia, y representan los dones que Dios da a los seres humanos.
Árboles de Navidad: Son abetos, árboles que simbolizan la vida, al ser de hoja perenne. Los primeros en adornar uno fueron los alemanes del siglo XVI. Y la primera vez que llegó a España fue en 1870, cuando una mujer rusa, Sofía Trubetskaya, que se casó en segundas nupcias con un aristócrata español, lo trajo aquí al pasar sus primera navidades en España.
Guirnaldas: Antiguamente se hacían con hierbas, ramas y flores, pero actualmente lo que predomina es el espumillón, que está hecho de papel o plástico desaliñado. El espumillón se inventó en Nuremberg (Alemania) en 1610, y estaba hecho de plata rallada.

Acebo: Esta planta se ha usado desde siempre como medicinal, por las propiedades purgantes de sus frutos; además, sus hojas son muy diuréticas, rebajan la fiebre y también pueden usarse como tonificantes macerándolas con vino. Al dar sus frutos en invierno, es un alimento para muchos animales, los celtas lo consideraban atrayente de la suerte y la prosperidad, y era utilizado en el Solsticio de Invierno y también, tradicionalmente, como un adorno navideño.
Hiedra: En algunos sitios, la hiedra también se usa como elemento decorativo, ya que guarda cierto simbolismo: amor verdadero y fidelidad.
Calcetines: Tradicionalmente los cuelgan los niños en la chimenea para que Papá Noel les deje una propinilla. La costumbre tiene su origen en la leyenda de un hombre viudo. Sus tres hijas estaban enamoradas y querían casarse, pero eran tan pobres que no podía darles dote. San Nicolás, que se enteró, decidió ayudarles al comprobar que el amor de las tres hijas era verdadero, y una noche, dejó caer unas monedas de oro por la chimenea, que fueron a caer dentro de los calcetines que las hijas habían colgado para secarlos.
Luces: Antiguamente, en los países nórdicos se decoraba el árbol y otros lugares con velas encendidas. Aunque, desde luego, la luz era más bonita, se acabó sustituyendo por la luz eléctrica para evitar accidentes.
Dulces: algo muy característico, y que por supuesto no puede faltar, son los dulces: los turrones son de origen árabe, aunque ahora se fabrican sobre todo en Alicante, Valencia, Jijona y Casinos (Comunitat Valenciana); el mazapán, también de probable origen árabe (aunque aún se discute). Tanto el turrón como el mazapán tienen como ingredientes principales la miel y las almendras. Las peladillas (o pelaíllas) son almendras confitadas tradicionales de la Comunidad Valenciana. También hay frutas desecadas: dátiles, pasas y orejones. Pero el dulce estrella español es, por supuesto, el polvorón. Sus ingredientes principales son la harina, la manteca, el azúcar y, por supuesto, la almendra (algo que lo distingue de los mantecados, que no la llevan).

Villancicos: Empezaron siendo composiciones simples de la lírica medieval popular castellana, de tema variado y pocas veces religioso o navideño. En aquel entonces, un villancico consistía en una composición simple de una estrofa, una mudanza a modo de estribillo y una estrofa nueva. Más tarde, se decidió que los villancicos serían de temática navideña, y de temática navideña quedaron.
Este es mi belén:
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