Acostumbrados a las clásicas mermeladas de melocotón, ciruela, naranja (amarga o dulce), fresa… hay quien se extraña cuando se entera de que existe la mermelada de tomate, se asombra cuando descubre la mermelada de higo y se queda boquiabierto, ojiplático, cuando ve la mermelada de cebolla.
Imaginaos cómo me quedé yo cuando encontré mermelada de pétalos. Sí, esa mermelada existe. Va en serio.
Imaginaos cómo me quedé yo cuando encontré mermelada de pétalos. Sí, esa mermelada existe. Va en serio.
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